“Nosotros tenemos, todos y cada uno, una historia biográfica, una narración interna, cuya continuidad, cuyo sentido, es nuestra vida. Podría decirse que cada uno de nosotros edifica y vive una «narración» y que esta narración es nosotros, nuestra identidad.
Si queremos saber de un hombre, preguntamos « ¿cuál es su historia, su historia real interior?»... porque cada uno de nosotros es una biografía, una historia. Cada uno de nosotros es una narración singular, que se construye, continua, inconscientemente, por, a través de y en nosotros... a través de nuestras percepciones, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras acciones; y, en el mismo grado, nuestro discurso, nuestras narraciones habladas. Biológica, fisiológicamente, no somos distintos unos de otros; históricamente, como narraciones... somos todos únicos.
Para ser nosotros mismos hemos de tenernos a nosotros mismos, hemos de poseer, de reposeer si es preciso, nuestras historias biográficas. Hemos de «recolectar» nosotros mismos, recolectar el drama interior, la narración, la nuestra, la de nosotros mismos. El individuo necesita esa narración, una narración interior continua, para mantener su identidad, su yo.”
Oliver Sacks
(Caso: “Una cuestión de identidad”, fragmento)
Del libro “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” -
"Tal
vez nos convirtamos en sirvientes de la Cibernética. Pero sentimos que siempre
sobrevivirá en algún lugar de la tierra un hombre distraído que dedique más
horas al ensueño que al sueño o al trabajo y que no tenga otro remedio para no
perecer como ser humano que el de inventar y contar historias. También estamos
seguros de que ese hipotético y futuro antisocial encontrará un público
afectado por el mismo veneno que se reúna para roderarlo y escucharlo mentir. Y
será imprescindible
– lo
vaticinamos con la seguridad de que nunca oirémos ser desmentidos – que ese
supuesto sobreviviente preferirá hablar con la mayor claridad que le sea
posible de la absurda aventura que significa el paso de la gente sobre la
tierra. Y que evitará, también dentro de lo posible, mortificar a sus oyentes
con liteartosis."
Juan Carlos
Onetti
"Reflexión
literaria", Revista Acción, Montevideo 13.11.1966
“Ya para entonces me había dado cuenta de que buscar era mi signo, emblema de los que salen de noche sin propósito fijo, razón de los matadores de brújulas.”
Rayuela
Julio Cortazar
"Una noche el autor de este trabajo descubre que su cuerpo, al cual llama "el sinvergüenza", no es de él; que su cabeza, a quien llama "ella", lleva, además, una vida aparte: casi siempre está llena de pensamientos ajenos y suele entenderse con el sinvergüenza y con cualquiera.Desde entonces el autor busca su verdadero yo; y escribe sus aventuras."
Diario del sinvergüenza
Felisberto Hernández
Diario del sinvergüenza
Felisberto Hernández
El inmortal
Jorge Luis Borges
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